De todos es sabido las propiedades beneficiosas para la salud de los llamados polifenoles. Varias investigaciones indican que su actividad antioxidante podría ser muy útil en la reducción de riesgos de contraer enfermedades cardiovasculares y cáncer. De todos es sabido también que el vino es una fuente enorme de polifenoles así que.....no es difícil despejar la incógnita de la ecuación.
Pero....¿Hay pruebas fehacientes de que el vino es tan saludable? o es una campaña publicitaria en la que, en estos tiempos en los que la gente se obsesiona tanto por los productos sanos, nos quieren dar gato por liebre. Nada más lejos de la realidad, por supuesto que el vino tiene grandes propiedades beneficiosas para la salud debido en gran parte a estos compuestos polifenólicos y de hecho hace años se realizaron estudios sobre los hábitos alimenticios de nuestros vecinos franceses que dan luz a este tema.
El irlandés Samuel Black, observador y amante de la cultura y la buena mesa gala, publicó en 1819 un articulo científico en el que hizo la siguiente observación: "Los franceses comen una gran cantidad de grasas- queso, otros derivados de la leche completa y foie gras- y en general tienen menos ataques al corazón que los ingleses y otros europeos". Al final del artículo, Black dejó entrever que el consumo de vino tinto podía tener alguna participación en el asunto.
De hecho en Francia la incidencia de enfermedades cardiovasculares es mucho menos que en EE.UU. aunque siguen una dieta más rica en grasas saturadas. Según la Organización Mundial de la Salud, 82 de cada 100.000 hombres franceses entre las edades de 35 y 74 mueren a consecuencia de enfermedades cardiovasculares desde el año 2000 cuando se hizo el reporte; ese mismo año, en USA 216 de cada 100.000 hombres entre las mismas edades sucumbieron a la misma enfermedad pero lo curioso es que de acuerdo con la Organización para Alimentación y Agricultura de las Naciones Unidas, durante aproximadamente el mismo periodo de tiempo, la media de las personas en Francia consumieron un poco más de grasa total y casi tres veces más grasa de origen animal que el americano promedio.
No hay porque desmentir las conclusiones del señor Black, aunque es difícil asegurar que este hecho se deba íntegramente al mayor consumo de vino por parte de los franceses. Aún así en 1991 un programa de televisión estadounidense dio su versión sobre el asunto asegurando que se debía a las propiedades del vino tinto lo cual hizo que se disparasen las ventas en el país.
Este hecho se da también, quizás en menor medida, en otros países como Italia o España lo cual hace pensar que la llamada dieta mediterránea también interviene. Así se demostró en estudios más recientes en los que se tuvo en cuenta otros productos como el aceite de oliva.
Así que ya sabéis, no tengáis cargos de conciencia cuando os atiborréis siempre y cuando lo acompañéis de una buena copa de vino, al estilo francés¡
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